mayo 23, 2016

Ensimismados

Estaba sentado en la boca del metro, sin hacer ni pensar nada, ensimismado en la dicha de la tarde y de la vida. Y de pronto la vi a mi lado, hipnotizada por un objeto que irradiaba mágicas luces.
Mientras rezaba para que no saliera de su trance, encendí la cámara, la incliné sobre mi regazo y me encomendé al Santo de los Fotógrafos que, esta vez si, escuchó mi ruego.